Aceitunas y encurtidos
Las aceitunas u olivas son un componente fundamental de la dieta mediterránea. Entre sus variedades encontramos la aceituna verde y la negra, que se pueden consumir a su vez con o sin hueso, rellenas, enteras o troceadas, como ingrediente en infinidad de platos ó como aperitivo.
Las aceitunas de mesa poseen ácidos grasos insaturados: omega3, omega 6, esteárico, palmítico y palmitoleico. Contribuyen al aporte de calcio, y proporcionan minerales como hierro, sodio, potasio, magnesio, fósforo o yodo, aminoácidos, vitaminas del grupo B y provitaminas A y E. Estos componentes confieren propiedades beneficiosas para la salud, principalmente a nivel cardiovascular (contienen ácido oleico) y como antioxidante.
El encurtido es uno de los métodos de conservación más antiguos que se conocen. Se puede aplicar a cualquier alimento, pero sobre todo se utiliza con verduras y hortalizas. Consiste en sumergir el producto en una solución de sal (marinado) o vinagre, pudiendo añadir hierbas y otras sustancias, y permitiendo de esta forma la conservación durante meses en un medio ácido que frena su descomposición.
Ejemplos de encurtidos comunes en España son las aceitunas, pepinillos, zanahorias, cebollas, ajos, alcaparrones, o la mezcla de varios tipos.
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