Mermelada: Es un producto compuesto por frutas enteras, troceadas o trituradas (que suponen al menos un 30% del peso final del producto) y azúcar o miel, en caso de que se desee obtener un producto con menor contenido calórico. Mediante una cocción prolongada de todos sus componentes se obtiene el producto final.
Confitura: Se elabora con pulpa o puré de fruta, que suponen más de un 35% del peso final del producto, con una consistencia muy gelatinosa, debido a que incorporan más azúcar.
Jalea: Tras la extracción del jugo de la fruta, y añadiéndole azúcar para la cocción, con la que se consigue una textura de una gelatina transparente.
Compota: Conserva de fruta que no supera el 15% de contenido en azúcar. La más habitual es la fabricada con manzana, pero también existen los de pera, albaricoque o melocotón.
En el caso de personas diabéticas o que necesitan controlar la cantidad de calorías de su dieta, será preferible escoger una mermelada o confitura con edulcorantes calóricos como aspartamo o sacarina en lugar de azúcar común (sacarosa).
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